De todas las posibles metáforas que se han generado en los últimos años en torno a la estrategia de la guerra de guerrillas (que van desde decisiones personales hasta estrategias para negocios), quizás la que los barbudos de Sierra Maestra dirigidos por los hermanos Castro y el ‘Che’ Guevara menos hubiesen esperado es aquella que relaciona a esta estrategia guerrillera con el método científico. Sin embargo, según lo hace saber Ernesto Althouser en una reciente edición de la revista Science Magazine (n. 348, mayo 2015), las estrategias desplegadas por la guerrilla parecen ser el método más apropiado para poder llevar a cabo su investigación en un contexto marcado por los problemas, y donde la innovación es casi un mandato.
Los recientes pasos dados por los gobiernos cubanos y norteamericano para poner fin al embargo de medio siglo, ha llevado la atención por parte de los medios del norte hacia la isla. Si bien la mayoría ha destacado el potencial turístico y económico de la isla, un aspecto que ha pasado casi desapercibido es la atracción que ha ejercido Cuba desde la revolución como un espacio de desarrollo de la ciencia y tecnología, especialmente la medicina, pese a soportar el aislamiento impuesto por el embargo y la dependencia de la URSS hasta su caída en 1989. “Science” da un buen perfil de la comunidad científica cubana: apenas 4 millones de dólares en recursos para investigación, seis mil científicos en toda la isla y un salario mensual que asciende a 36 dólares.
¿Cómo cambiará el panorama científico cubano con la apertura? ¿Perderá su sello de innovación al dejar de operar bajo condiciones precarias que le permitieron distinguirse hasta ahora? Aún es temprano para saberlo, pero desde el lado del gobierno de la isla la apertura debe ir a un ritmo lento y que permita controlarla, mientras que del otro lado hay planes para acelerar el deshielo y desarrollar vínculos más estrechos entre ambas comunidades académicas, como la creación de una institución similar a la National Science Foundation (NSF) en la isla, por ejemplo. La apertura va a ser un proceso complejo y puede que tarde varios años, sin necesariamente obtener los resultados deseados.
Esta columna apareció originalmente en Diario Exitosa (27 setiembre 2015).
Agradezco a mi colega del Departamento de STS en Cornell, Margaret W. Rossiter, por indicarme la existencia del artículo mencionado en el post. La imagen de la cabecera proviene de este enlace.